Solo mi hermana podía hacerme un regalo de cumpleaños tan especial.
El 23 de Junio de 2012, cuando pensé que nada podría superar la felicidad de aquel día, mi marido me regaló una caja... " Si quieres que tus sueños se hagan realidad, Susúrraselos a una mariposa y regálale su libertad... " Tras leer estas palabras me hizo formular un deseo y abrir la caja. Susurré lo que más deseaba, lo llevaba deseando años, desde lo mas profundo de mi ser... Y abrí la caja. En ese instante comenzaron a volar decenas, que a mí me parecieron cientos de miles de mariposas. La belleza de aquel momento embriagó mi alma de tal modo, que durante un instante olvidé lo que había deseado. No parecía real.
Sentir aquellas mariposas posadas en mi mano, en mi vestido... Fué un sueño,aquel día fué un sueño, y mi deseo, aquel que tantos años había estado rondando mi alma,quedó aparcado, dejando paso a una libertad absoluta de la que disfrutamos los dos solos, sin rendir cuentas a nadie.
Me sentí culpable de haber olvidado aquello que tanto añoraba, de haber dejado de desear tanto. Me sentí tan culpable que creí enfermar. Pero ese malestar, esos mareos, esas náuseas... No eran de preocupación. Ella se encargó de hacerlo realidad.
35 semanas después, y antes de lo previsto, nació Norah. Un susurro, una mariposa...
Solo mi hermana podía hacerme un regalo de cumpleaños tan especial. Para siempre. Porque nuestro cuerpo es un lienzo, un diario, donde nuestras cicatrices y marcas relatan nuestro camino.
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